domingo, 12 de marzo de 2017

La irrelevancia del ALBA

La irrelevancia del ALBA - El Mercurio

   
Como marginal y proveniente de un bloque irrelevante ha calificado el canciller la declaración de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) a favor de la aspiración marítima boliviana. Tiene razón el ministro. Corresponde asumir esa realidad con una estrategia que favorezca los intereses nacionales y latinoamericanos. Por irrelevante que sea, el ALBA es una realidad que no se puede ignorar y a la que hay que responder.

El bloque fundado por los difuntos Fidel Castro y Hugo Chávez está condenado a desaparecer. Su sostenida decadencia surge del total fracaso del populismo y del socialismo del siglo XXI que lo sustentan. A ello se suman el desprestigio de sus líderes ante la comunidad internacional, el término de los gobiernos de Dilma Rousseff y Cristina Kirchner y del apoyo entonces brindado por Argentina y Brasil, y, principalmente, el colapso del gobierno del Presidente de Venezuela y de Petrocaribe, el programa de subsidio petrolero a Cuba y demás naciones del Caribe que la integran. El inminente final del gobierno de Rafael Correa será otro golpe para la defunción de la Alianza Bolivariana, que se compara patéticamente con la floreciente Alianza del Pacífico.

No hay que esperar la expiración del ALBA. En el intertanto, agravia a la política exterior de Chile, daña a la democracia y divide a América Latina y el Caribe. El bloque bolivariano impide al Secretario General de la OEA aplicar la Carta Democrática a Venezuela y alienta a Bolivia en su demanda territorial en contra de Chile.

Que los presidentes Castro, de Cuba; Morales, de Bolivia; Ortega, de Nicaragua, y Maduro, de Venezuela, recapaciten está fuera de toda posibilidad. Lo propio vale respecto de las relaciones con Chile: no es primera vez ni será la última, mientras exista, que el ALBA se pronuncie a favor de Bolivia.

Desde hace tiempo se debieron revisar los programas de cooperación con esos gobiernos y suspender los vigentes con Ecuador mientras presida Rafael Correa, asignando esos medios a gobiernos afines a los intereses de los chilenos. Sin compartir con Chile los valores de la libertad y de la democracia, y a pesar del reciente agravio por la prohibición de un homenaje al Presidente Aylwin en La Habana, Cuba cuenta con facilidades de financiamiento público que no se disponen para el comercio con ningún otro país.

A la vez, en una acción concertada con otros gobiernos de la región, cabe abandonar la pasividad ante la gestión y abusos del Presidente Maduro y apoyar abiertamente al Secretario General de la OEA en su iniciativa a favor de los derechos humanos y la democracia en Venezuela.

Una mayor presencia diplomática acompañada de más cooperación en el Caribe es oportuna ante la decadencia venezolana.

Por irrelevante que sea, el ALBA es una realidad que no se puede ignorar y a la que hay que responder.

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