-Finalmente triunfó el sector que quiere refundar el sistema educacional pasando una excavadora y luego una aplanadora creyendo que la igualdad consiste en aplanarlo todo. Ganó esa visión, que es muy equivocada y anti histórica.
-Este no es tanto un problema de socialistas, demócratas cristianos, PPD o comunistas, sino de un partido que no está en las categorías tradicionales, que cree que los colegios particulares subvencionados son como unos caballos salvajes que segregan y estafan a las familias y que hay que ponerles un bozal y acortar lo más posible sus riendas.
-Los que no son miembros del partido de la excavadora –donde hay de todos los sectores políticos-, que intentaron defender una reforma gradual y centrada en la calidad. Ese partido tuvo una incidencia completamente marginal, reducida y pobre, sin habilidad negociadora para cambiar las piezas centrales. Es como haber estado construyendo un auto y haber negociado si la chapa sería dorada o de otro color.
-Que crea un ambiente completamente asfixiante y enrarecido a los sostenedores privados, restringiendo la autonomía de su gestión al imponerles una inmensa cantidad de trabas y prohibiciones. Pero lo más grave es que el proyecto se fue por una senda lateral, sin atacar el corazón del problema de la educación.
-Cuando las coaliciones tienen un triunfo en sus propias reglas del juego, ganan seguridad y liderazgo. Pero eso no lo veo en los días siguientes a la aprobación del proyecto, porque veo la insólita actitud de decir "aprobamos algo que a ninguno de nosotros convence demasiado, estamos un poco arrepentidos y vamos a ver cómo lo corregimos".
-Es insólito que la principal discusión en las 24 horas que siguieron a la votación haya sido el muy probable error que cometimos respecto de los liceos emblemáticos. Después de aprobado el proyecto, permea la cabeza de algunos parlamentarios la idea de que se está liquidando la capacidad de estos colegios de crear elites de los sectores medios, por los votos de la Nueva Mayoría.
-Antes de preocuparme de si la Nueva Mayoría debiera proyectarse como coalición política, querría verla empeñada en mejorar lo que ya aprobó para evitar errores que son graves y previsibles.
-El gobierno no estaba condenado a hacer lo que hizo. Lo hizo por un error de diagnóstico y porque pensó que su principal desafío era satisfacer demandas que el movimiento estudiantil había planteado. Si la Presidenta y su gabinete hubiesen querido partir por otro lado, manteniéndose firmes en otra dirección, no tengo ninguna duda de que en pocas semanas habrían tenido gran apoyo en las encuestas.
-Haber dicho, como punto de partida, "nos concentraremos en los 4 mil colegios más deficitarios de Chile y que atienden al 40% de los niños que no logran llegar al umbral mínimo de aprendizaje. Eso lo haremos inyectando X dinero de la reforma tributaria y eliminando el copago de ese sector mañana, no en 4, ni en 20 años más".
-Sus avances tienen pies de barro, dejando a mucha gente descontenta en el camino, que a la primera oportunidad tratarán de cambiar lo que ha hecho este gobierno.
-El ministro sabe cuáles son las múltiples debilidades de la Ley que acaba de aprobar. Si conoce las debilidades de su trabajo es preferible que siga a cargo, ahora tratando de corregir. Hoy sabe el terreno que pisa.
-No me imagino al ministro presentando un proyecto tan improvisado y mal diseñado como el anterior. Habiendo tenido un año, tiene que traer un proyecto completamente afinado, que articule intereses, y con respuestas más refinadas que las que dio en su primer año.